Idemia, empresa partner de SOLEM en proyectos basados en la identificación de personas mediante biometría, declaraba que para este 2020 las tendencias claves en el área serían cuatro y ante esto nosotros presentamos nuestro parecer al respecto:
1) El uso de identificación multibiométrica agrega un mayor nivel de seguridad a las primeras biometrías ampliamente utilizadas para la verificación de identidad.
Contar con múltiples factores para realizar procesos de verificación de identidad, utilizando la capacidad de añadir diferentes aspectos de validación es un punto que compartimos con la premisa expuesta por nuestro partner.
Para potenciar la seguridad de los procesos basados en la identificación recomendamos no solo utilizar la lectura de huella, sino que también se incorporen capturas de voz, de rostro o algún otro método de comprobación de identidad.
2) La mayor exposición de la biometría requiere una tecnología de primer nivel para proteger los datos.
El contrato y utilización de servicios en formatos Cloud y SaaS, incluso en instalaciones compartidas, hace que la seguridad de la información tome una importancia relevante. A esto hay que sumarle que la verificación de identidad por biometría está siendo incluida en más procesos y ha logrado ganar más adeptos en el último tiempo, por lo que la cantidad de información personal que se genera es mayor y debe ser protegida en todo momento.
Al estar considerando datos extremadamente delicados y privados, la seguridad del almacenaje es un tema importante a tener en cuenta.
3) Adopción generalizada de la tecnología de reconocimiento facial
Actualmente, este tipo de tecnología está completamente en boga producto de la pandemia. La facilidad de uso, lo poco invasiva que resulta ser y los avances científicos en el tema hacen que la biometría facial sea uno de los métodos que mayor crecimiento tendrá desde este año en adelante. Bancos, organizaciones de protección de fronteras, empresas de retail, organismos públicos y de gobierno, serán algunos de los beneficiados por esta tendencia en verificación.
A lo anterior, podemos sumar las nuevas tecnologías de validación de prueba de vida para obtener un sistema de fácil uso y seguro para los clientes.
4) Desarrollo de un marco normativo y ético para el uso del reconocimiento facial.
La seguridad de la información y el uso de estos datos toma protagonismo. La verificación facial supone un gran avance, tanto por su practicidad como por su forma de interactuar, de modo que se vuelve fundamental establecer un modelo normativo y ético que proteja la información de las personas y fije límites que resguarden al usuario.
Los datos biométricos son extremadamente sensibles y de una utilidad que puede sobrepasar el fin con el que ha sido presentada. A medida que esta tecnología se haga cada vez más común entre nosotros su utilización deberá estar más normada.