Desde hace ya algún tiempo, se viene conversando y debatiendo respecto de la Transformación Digital. La pregunta es ¿De qué estamos hablando en realidad?
El ser humano ha vivido durante su vida una historia de revoluciones y evolución. En todas estas revoluciones, el hombre presionado por su entorno, ha creado nuevas herramientas, técnicas y conocimiento, las cuales han producido cambios importantes en la forma de vida y en cómo nos relacionamos entre las personas, las organizaciones y con el poder. Ejemplos de esto hay muchos, como la Revolución Agrícola del 10.000 AC, la Revolución Científica en el 1.500 DC y la Revolución Industrial moderna en el 1.800 DC, por mencionar algunas de las más relevantes.
En todas ellas podemos decir que el que es capaz de evolucionar fue el vencedor.
Durante los últimos 40 años, hemos estado viviendo lo que podríamos llamar una Revolución Tecnológica Digital, partiendo por la invención de las computadoras, el surgimiento de la Internet y, en esta última década, a la era de la movilidad, las redes sociales, el Internet de las Cosas, Big Data y la Inteligencia Artificial, por mencionar algunas. Sin olvidar mencionar, por lo demás, todo lo relacionado con la biotecnología y la cibernética que unen la biología con la tecnología digital.
Todas estas nuevas herramientas, técnicas y conocimientos, comenzaron a producir un cambio evolutivo durante los últimos años. Primero, en la empresas e instituciones y luego en las personas. Esto ha impulsado fuertes cambios culturales y de hábitos, por ejemplo, en la forma de comprar o de estudiar a distancia usando los canales digitales. Sin embargo, los hechos ocurridos entre octubre y diciembre de 2019 junto a las cuarentenas obligatorias o voluntarias, han acelerado de manera brutal este proceso evolutivo. Estas últimas semanas hemos tenido que incorporar muchos procesos diarios a esta evolución acelerada y obligada. Se pudo comprobar que la transformación digital y las herramientas estaban ahí para ayudarnos y que las personas éramos capaces de adaptarnos.
¡Realmente funcionan!
Estas herramientas y tecnologías, se encuentran en lo que hoy llamamos los Canales Digitales, compuestos entre otros elementos por Internet, las aplicaciones móviles, las redes sociales y los equipos autoservicio, en donde siempre cada uno interactúa con una máquina y un software que cada día nos entrega una mejor experiencia de usuario.
Hoy, desde hace ya casi dos meses, el diario vivir ha cambiado. Trabajo desde mi casa conectado a internet, me reúno con mis colaboradores y clientes usando Zoom o Skype, compro usando alguna app o una tienda por internet, y todo llega en minutos, horas o días según lo necesite. Nuestros hijos tienen sus clases en línea y se entretienen usando juegos online y redes sociales. Cuando llega la tarde o el fin de semana, nos reunimos con nuestros familiares y amigos frente un computador o smartphone.
¡Y hasta parece normal!
Estas próximas semanas, que podrían eventualmente ser meses, nos van a forzar a cambiar de modo más permanente cómo percibimos la vida, lo importante y cómo nos relacionamos entre las personas, las organizaciones y con el poder. Lo mismo que hace 12.000, 500 o 200 años atrás. Ya lo hicimos antes y seguro lo volveremos a hacer.
El uso de las identidades y firma digital, procesos de atención omnicanal y el trabajo coordinado para ser realizado desde cualquier parte, sin la existencia de papeles, son claves tanto para las empresas como para las instituciones que atienden al ciudadano.
Para todo esto, tenemos que mejorar nuestras herramientas, técnicas y conocimiento. Esas que facilitan este nuevo proceso evolutivo que llamamos “Transformación Digital”. Es decir, cómo logramos vivir en un mundo digital, que parezca normal y con felicidad.
Si logramos evolucionar de una manera racional y solidaria, como individuos y como sociedad, tal vez podamos acceder a un mundo mejor, con más tiempo para nuestras familias o, para lo importante, menos tiempos de viaje y más tiempo para cada uno de nosotros. Todo esto sin destruir la cadena productiva y de abastecimiento, así como la red de servicio a las personas.
En SOLEM hemos estado trabajando hace años en este conocimiento, técnicas y herramientas. Hoy más que nunca creemos que ellas pueden contribuir a este cambio en nuestra forma de vivir. Ya lo estamos haciendo entre nosotros y con nuestros partners y clientes.
AURIS CRM Omnicanal, AURIS CRM Ciudadano, CheckID- Identidades y Firma Digital.
Patricio Leixelard Solá
GERENTE GENERAL SOLEM