En la era digital, la firma digital se ha convertido en una herramienta fundamental para validar la autenticidad de los documentos y garantizar la seguridad en transacciones en línea. En Chile, la legislación al respecto establece las bases para su uso. 

¿Qué es la firma digital? 

La firma electrónica constituye una representación digital o electrónica de una firma manuscrita. Su función principal es identificar al firmante y, mediante su implementación, autenticar o validar documentos electrónicos y transacciones en línea, prescindiendo de la necesidad de recurrir a papel y tinta.  

Esto no solo simplifica la autenticación de documentos y transacciones electrónicas, sino que también aboga por la eficiencia y sostenibilidad al eliminar el uso de recursos físicos. Al optar por la firma digital, se promueve una forma más ágil y ecológica de gestionar documentos, adaptándonos a un entorno digital moderno y consciente del impacto ambiental. 

Tipos de firma y sus propósitos 

La legislación chilena reconoce tanto la firma digital simple como la avanzada, cada una con su propósito específico. La firma simple emplea un método más básico de autenticación, utilizando un conjunto de datos electrónicos para identificar al firmante. Se aplica comúnmente en transacciones y documentos cotidianos. 

Por otro lado, la firma avanzada cuenta con un respaldo adicional: un certificado digital emitido por una entidad de certificación reconocida. Proporciona un nivel de seguridad más elevado y se utiliza en transacciones que requieren medidas de seguridad más robustas. 

La firma digital y la criptografía

La firma digital se basa en la criptografía para garantizar la integridad y autenticidad de los documentos electrónicos, proporcionando un nivel más avanzado de seguridad. Esto implica el uso de funciones que aseguran la integridad del contenido del documento. Además, se emplea un par de llaves criptográficas: una privada y una pública, para autenticar la identidad del firmante. La privada se utiliza para crear la firma digital, mientras que la pública se utiliza para verificar la autenticidad de la firma. 

Dado que la clave pública puede ser compartida libremente, cualquiera puede verificar que la firma fue creada con la clave privada correspondiente, validando así la identidad del firmante y la integridad del documento electrónico. 

Validez de la firma digital en Chile 

La Ley N° 19.799 sobre Documentos Electrónicos, Firma Electrónica y Servicios de Certificación, expresa que “los actos y contratos otorgados o celebrados por personas naturales o jurídicas, suscritos por medio de Firma Electrónica, serán válidos de la misma manera y producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en soporte de papel”. 

Esto nos da a entender que integrar este tipo de firmas le permitirá a empresas privadas, entidades estatales, clientes, usuarios, proveedores y colaboradores, contar con documentos seguramente autenticados y respaldados legalmente, ya que este tipo de firmas son plenamente respaldadas por la normativa del país. 

Un futuro seguro con esta herramienta

Cuando una empresa incorpora la firma digital en sus procesos, no solo está implementando una tecnología eficiente y segura, sino también garantizando que sus documentos tengan la misma validez legal que aquellos firmados en formato físico. La Ley N° 19.799 respalda esta decisión, ofreciendo una base legal sólida que valida la adopción de la firma digital como una práctica confiable y reconocida en la era digital chilena. 

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