Desde la última semana de marzo muchas empresas comenzaron a implementar el teletrabajo como medida sanitaria ante la pandemia, con el fin de que los colaboradores cuidaran su salud y pudieran seguir con las tareas y proyectos que tenían para este año. Sin duda esta modalidad tiene muchos beneficios relacionados a la flexibilidad y productividad laboral, pero supone a la vez un nuevo desafío para empresas y trabajadores al ser una realidad desconocida para muchos a nivel mundial.
Con el pasar de los meses, las organizaciones se han dado cuenta que los viejos esquemas que venían utilizando hasta ahora ya no calzan en esta nueva realidad y se vuelve necesario apuntar hacia una transformación integral y tecnológica, donde se pueda dar respuesta a las exigencias de los consumidores y usuarios nativos de la era digital.
Los procesos de apoyo de un negocio – como lo son los del área informática, finanzas o RR.HH, por ejemplo- no siempre se encuentran digitalizados de igual forma que los procedimientos productivos. Esto supone un problema crítico, ya que al no contar con un sistema tecnológico eficiente se generan perjuicios en el rendimiento del tiempo, la administración de actividades y la organización de la información que contribuye a facilitar los procesos internos de gestión.
La convergencia a lo digital es un hecho obligado y todas las áreas de las empresas deberán adaptarse para seguir con normalidad la creación de contratos, la relación con los proveedores o la circulación de las facturas, entre otras labores del área administrativa.
Teletrabajo y digitalización: Contexto legal en Latinoamérica
En algunos países de nuestro continente se han ido creando e implementando normativas que permiten regular el trabajo a distancia, resguardando los derechos de los trabajadores y manteniendo los deberes que estipularon en su contrato. En Guatemala, se presentó la propuesta de ley que busca que esta modalidad sea voluntaria y de mutuo acuerdo entre empleador y el trabajador. Además, apunta a lograr un grado de modernización de los sectores públicos y privados y que los trabajadores no sean excluidos por edad, género o discapacidad.
Costa Rica no se queda atrás, este país cuenta con una ley de teletrabajo desde septiembre del año pasado. Destaca de la norma la búsqueda de la modernización de todos los sectores industriales, flexibilidad de horario dentro de límites previamente establecidos con el empleador, capacitaciones y entrega de viáticos, herramientas o equipos para poder realizar las tareas por parte del trabajador.
En el caso de Panamá, desde febrero de este año la legislación contempla el trabajo a distancia. La ley establece que los trabajadores tendrán los derechos y deberes presentes en el Código del Trabajo y el reconocimiento de la Caja de Seguro Social ante riesgos profesionales.
Además, se busca propiciar el uso de tecnologías para realizar las actividades de la jornada y crear una Red Nacional de Teletrabajo que será conformada por entidades públicas, empresas de todos los sectores y universidades con el fin de generar investigaciones y promover prácticas que permitan potenciar el desarrollo del territorio y fortalecer la economía del país.
Este año, impulsado por la llegada del COVID-19, Chile promulgó la ley de teletrabajo, la cual está enfocada en la protección de los derechos individuales y colectivos de los colaboradores de las organizaciones. En el texto promulgado se establece que el empleador deberá hacerse cargo de entregar los equipos, las herramientas y los materiales de teletrabajo a su empleado, junto con contar con mecanismos de control para el cumplimiento de las jornadas laborales.
Mejorar procesos gracias a las herramientas tecnológicas
Como vimos rápidamente en los ejemplos anteriores, los Estados de esta región han comenzado a tomar medidas para afrontar este nuevo desafío mundial, por lo que ahora los líderes de las industrias deben dar el siguiente paso e incorporar softwares, mecanismos y TICs dentro de las empresas que permitan mejorar la experiencia de su comunidad interna.
Junto con la modernización de la gestión, se estaría mejorando la eficiencia de los procesos, la forma de gestionar la cantidad de personas encargadas de las tareas y la seguridad de la información de la empresa. También, al digitalizar todos los componentes de los archivos, disminuirían multas por falta de documentos en fiscalizaciones o auditorías, habrían menos probabilidades de perder documentos y el impacto ambiental generado día a día por las personas sería menor al reducir el número de impresiones
El teletrabajo llegó para quedarse y se vuelve necesario ir avanzando firmemente en una estrategia que tome en cuenta las necesidades de todos los integrantes de la empresa, implicando necesariamente el financiamiento de proyectos relacionados a plataformas digitales en el sector público y privado y la formación de los equipos para que puedan utilizar los recursos tecnológicos de la mejor manera.
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